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La elección de las siete maravillas del mundo unió a millones de personas de todos los rincones del planeta. ¿Cuál fue la razón por la que cada uno de estos monumentos ahora ostenta ese título?
La elección de las Siete Maravillas del Mundo unió a millones de personas de todos los rincones del planeta. Pero, ¿qué es lo que realmente hace que cada uno de estos monumentos merezca este título? En 2007, la Fundación New7Wonders lanzó una campaña global para escoger las maravillas del mundo moderno, inspirada por las emblemáticas estructuras del pasado. A través de una votación masiva, se eligieron los monumentos más representativos de la era contemporánea. Desde las imponentes murallas de China hasta el majestuoso Cristo Redentor de Brasil, estas maravillas destacan no solo por su grandeza arquitectónica, sino también por su profundo significado cultural y su capacidad para conectar a diferentes civilizaciones a través del tiempo.
El escritor y filósofo Jean-Paul Sartre afirmó que «la arquitectura es el espejo de las aspiraciones humanas». Esta cita resuena profundamente al observar la diversidad y el poder simbólico de las Siete Maravillas del Mundo, pues cada uno de estos monumentos refleja una visión única de la humanidad, enraizada en valores culturales, espirituales y técnicos que trascendieron generaciones.
Machu Picchu – Perú
El majestuoso Machu Picchu, ubicado en lo alto de los Andes peruanos, ocupa un lugar destacado en la prestigiosa lista de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Construido por el pueblo inca en el siglo XV, este sitio arqueológico es un testimonio vivo de la maestría en ingeniería y arquitectura precolombina. Con una extensión aproximada de 13 kilómetros cuadrados y alcanzando alturas de hasta 2,430 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el impresionante Valle Sagrado de Perú.
Los arqueólogos creen que Machu Picchu fue erigido como un refugio real para el emperador inca Pachacutec hacia 1450, empleando la técnica de muros de piedra seca pulida que aún hoy desafían al tiempo. Sin embargo, un siglo después, la ciudadela fue abandonada y permaneció oculta durante siglos, hasta que el explorador estadounidense Hiram Bingham la redescubrió en 1911. Hoy en día, con sus imponentes estructuras de piedra, terrazas agrícolas, templos sagrados y un entorno natural inigualable, Machu Picchu sigue cautivando a visitantes de todo el mundo, quienes se sienten atraídos no solo por su belleza, sino también por el misterio y la grandeza que emana de este enigmático monumento.
El Cristo Redentor – Brasil
El Cristo Redentor, situado en la cima del cerro del Corcovado en Río de Janeiro, Brasil, es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Esta emblemática estatua de Jesucristo fue inaugurada en 1931, alcanzando una impresionante altura de 30 metros, incluyendo su pedestal de 8 metros. Construida en concreto armado y piedra jabonosa, se ha convertido en un símbolo indiscutible de la ciudad y en uno de los destinos turísticos más visitados del mundo, atrayendo a millones de personas cada año gracias a su majestuosa presencia y su espectacular vista panorámica.
Diseñada por el escultor polaco-francés Paul Landowski en la década de 1920, la estatua fue completada en 1931 por el ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa y el ingeniero francés Albert Caquot. Actualmente, el Cristo Redentor ostenta el título de la escultura Art Déco más grande del planeta, erigiéndose no solo como un ícono religioso, sino también como una obra maestra de la ingeniería y el arte que sigue impresionando a generaciones de admiradores.
Chichén Itzá – México
Chichén Itzá, ubicado en la península de Yucatán, México, es un sitio arqueológico de incalculable relevancia. Construido por los mayas entre los siglos VII y XII d.C., fue una de las ciudades más grandes y avanzadas de esta civilización. Este imponente complejo, enclavado en medio de la selva, abarca alrededor de 4 kilómetros cuadrados y alberga estructuras monumentales como la Pirámide de Kukulcán, que se eleva a 24 metros de altura, el Templo de los Guerreros y el Juego de Pelota.
La ciudad es famosa por su arquitectura sobresaliente, sus avanzados observatorios astronómicos y su profunda influencia cultural en la historia precolombina de Mesoamérica. Cada año, miles de visitantes se sienten cautivados por el fenómeno del equinoccio de primavera, cuando la luz del sol crea la ilusión de una serpiente emplumada descendiendo por la escalinata de la pirámide, simbolizando la conexión mística entre el cielo y la tierra. Chichén Itzá sigue siendo un testimonio vivo de la grandeza y el conocimiento de los antiguos mayas.
La Gran Muralla China
La Gran Muralla China, ubicada en el norte del país, constituye una de las más destacadas maravillas asiáticas en el listado de las Siete Maravillas del Mundo. Su construcción se extendió a lo largo de varios siglos, principalmente durante las dinastías Qin, Han y Ming, dando lugar a una monumental estructura defensiva que se extiende por aproximadamente 21,196 kilómetros. Inicialmente concebida con el propósito de proteger al Imperio Chino de las invasiones de nómadas y tribus provenientes del norte, la muralla ha trascendido su función militar para convertirse en un símbolo emblemático de la historia y la grandeza de la civilización china.
Esta imponente barrera es reconocida como la estructura más larga del mundo construida por el ser humano. A pesar de que algunas secciones han sufrido los efectos del paso del tiempo, la Gran Muralla sigue siendo un testimonio impresionante de la ingeniería de la antigüedad y continúa atrayendo a millones de visitantes anualmente, quienes la contemplan como una de las más grandes hazañas arquitectónicas de la humanidad.
El Taj Mahal – India
El majestuoso Taj Mahal, ubicado en Agra, India, es universalmente reconocido como un símbolo de amor eterno. Esta obra maestra de la arquitectura islámica mogol fue erigida en el siglo XVII por el emperador Shah Jahan en memoria de su amada esposa Mumtaz Mahal. El complejo abarca una extensión de 42 acres, rodeado por jardines, una mezquita, una casa de huéspedes y una piscina, destacándose por su armoniosa disposición. Con una imponente altura de aproximadamente 73 metros, el Taj Mahal se levanta majestuosamente a orillas del río Yamuna, ofreciendo una vista inigualable.
A pesar de los desafíos derivados de la erosión y la contaminación, el Taj Mahal sigue siendo una de las maravillas más admiradas del mundo, cautivando a millones de visitantes que se sienten atraídos por su belleza atemporal. Los detallados adornos de mármol blanco, enmarcados por intrincadas incrustaciones de piedras preciosas, no solo embellecen la estructura, sino que también son un testimonio perdurable de la excelencia artística y arquitectónica de la India mogol.
Petra – Jordania
En el desierto jordano, los edomitas fundaron Petra en el siglo VIII a.C., una ciudad conocida en la actualidad como la «ciudad rosa» debido a la tonalidad característica de su arquitectura esculpida en piedra arenisca. Esta antigua urbe desempeñó un papel crucial como centro comercial estratégico, situándose a lo largo de la ruta de las caravanas que conectaba Arabia, Egipto y Siria. Entre sus monumentos más emblemáticos se encuentran el Tesoro, el Altar de los Sacrificios y el Monasterio, todos ellos notables ejemplos de la extraordinaria creatividad humana y la destreza arquitectónica de sus constructores.
Desconocida para el mundo occidental durante siglos, Petra fue redescubierta en 1812 por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt. Hoy en día, se estima que alrededor del 80 % de esta maravilla permanece aún oculta, debido a las inclemencias del tiempo, como las tormentas de arena, los terremotos y las frecuentes inundaciones que la sepultaron, preservando en parte su misterio y legado para las generaciones futuras.
Coliseo de Roma – Italia
El majestuoso Coliseo, situado en el corazón de Roma, Italia, representa un símbolo perdurable del poder y la grandeza del Imperio Romano. Construido entre los años 70 y 80 d.C., este emblemático anfiteatro se conserva como un testimonio preeminente de la historia y la cultura de la Antigüedad. Con una altura de aproximadamente 48 metros y una circunferencia de 527 metros, el Coliseo tenía la capacidad de albergar hasta 80,000 espectadores en su época de esplendor.
Este histórico monumento, que atrae anualmente a millones de visitantes, fue el epicentro de la vida pública romana, siendo escenario de eventos de gran trascendencia como combates de gladiadores, ejecuciones, representaciones teatrales, cacerías y otros espectáculos públicos de magnitud. Reconocido como un tesoro del patrimonio cultural italiano, el Coliseo ocupa un lugar destacado en la lista de las Siete Maravillas del Mundo, un testimonio de la ingeniería y el arte romano que sigue impresionando a la humanidad.
Las siete maravillas del mundo moderno
